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Agenda de Afuera: Un viaje lisérgico en el museo



Mariela Paesani
marielapaesani.blogspot.com

El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA) propone un viaje lisérgico. Pero no, no es un viaje bajo el efecto de drogas alucinógenas. Es a través del arte.

¿De qué se trata? Es una exposición sobre arte psicodélico o arte lisérgico. El Museo expone ciento veinte obras que hacen referencia a expresiones artísticas inducidas por drogas como el LSD. Las mismas intentan reflejar estados alterados de conciencia, generalmente producidos por el uso de sustancias.

Rafael Cippolini, el curador, propone un recorrido singular sobre las visiones psicodélicas realizadas en tierra argentina. Se trata de un viaje hacia la iconografía y los escenarios de las artes plásticas y visuales, entre los comienzos del siglo veinte y los años sesenta-setenta. Con este fin reunió obras del patrimonio del Museo que de alguna manera reflejan la idea de la expansión de los límites de la percepción y de los límites perceptivos de la realidad, que en los años 60 se daba por el uso del ácido. Pertenecen a artistas argentinos y extranjeros, algunas hacen referencia al surrealismo, otras atraviesan la figuración o la abstracción geométrica, también hay obras de arte Óptico, arte Pop, Cinético… en fin, de todo.

A primera vista, la puesta en escena de las obras, colgadas de una manera ondulante e irregular, intenta reflejar el efecto de visión ondulada que produce la droga. En ese sentido todas las obras propuestas, de una u otra manera, expresan algunos efectos, como la idea de alteración de las formas, la saturación de los colores, registros cromáticos que escapan a los colores de la realidad y un realismo en la figura humana pero con un uso excesivo del color. Sin embargo, esto no implica que los artistas realizaron su producción bajo los efectos alucinógenos.

El artista norteamericano Thomas Downing abre el recorrido con Helix, una pintura geométrica. Más adelante nos llama la atención un asombroso collage: La Oveja Feroz, de Jorge de la Vega. Mientras un retrato en acrílico de colores extraños y estridentes realizado por Marta Peluffo, muestra a Claudia Sánchez y el Nono Pugliese, la pareja protagonista de las publicidades de los cigarrillos LM a fines de los años sesenta.

En ese sentido, “Argentina lisérgica” da cuenta también de la imaginería psicodélica en el diseño gráfico de anuncios de películas, portadas de discos y libros, publicidades. Un ejemplo es el afiche de la película El Santo de la espada realizado por González Ruiz con una representación de San Martín muy Pop, al igual que otro cartel del cantante Roberto Carlos en el Mau-Mau. Todo resulta muy psicodélico, muy Pop y hasta casi kitch.

En el centro de la sala, una trilogía de Pianos para tocar de Juan Stoppani, pianos de cola recubiertos con distintas texturas, una propuesta para tocar el piano pero no en un sentido musical. Lamentablemente la seguridad del lugar impide acercarse a acariciar los coloridos plumajes. Una vez más la paradoja de los museos: un piano creado para tocar que no puede ser tocado. Se mira y no se toca.

Más adelante, musicalizado con Sympathy for the Devil de los Rolling Stones observamos un video con movimientos ondulantes e inestables de la cámara sobre los rostros de varios jóvenes con anteojos de sol, filmado en el Central Park de Nueva York. Se trata del video “Registros realizados bajo los efectos del LSD” de MartaMinujín, realizado a fines de la década de los sesenta.

También encontraremos obras de Bandi Binder, Juan Cavallero, Hugo Demarco, Casimiro Domingo, Edgardo Giménez, Obdulio Giudici, Bruno Janello, Alfredo Londaibere, Eduardo Mac Entyre, Víctor Magariños, María Martorell, Oski, Aldo Paparella, Rogelio Polesello, Marcelo Pombo, Josefina Quesada, Antonio Seguí, Carlos Silva, Oscar Smoje y Carlos Squirru, entre otros artistas.



AGENDADEAFUERA: En el Museo Arte Moderno de Buenos Aires
Av. San Juan 350. 
Martes a domingos de 11 a 19 hs./ Entrada $15
Hasta el 12 de abril

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