Agenda de Afuera: Sumergidos en Siqueiros

Por Mariela Paesani

mariela_paesani@yahoo.com.ar Acostada en el piso del Ejercicio Plástico de David Alfaro Siqueiros, miro asombrada a todas las mujeres que desde su obra me observan. Por la genialidad del artista, me encuentro dentro de una bola de cristal, una pecera dentro del mar. Y dentro del mar, algas, peces y cuerpos femeninos en posición de nado, apoyados sobre la pecera, me siguen espiando, mientras el guía habla durante la exposición de la obra en el Museo del Bicenentario de la Ciudad de Buenos Aires.

El artista mejicano, que había arribado a la Argentina por razones políticas, fue convocado en 1930 por el periodista Natalio Botana a pintar un mural en el sótano de su quinta en Don Torcuato. Para esta increíble obra, convocó a dos pintores argentinos Lino Spilimbergo y Antonio Berni, al pintor y arquitecto Juan Carlos Castagnino y al escenógrafo uruguayo, Enrique Lázaro. Juntos inventaron técnicas que no existían hasta ese momento en el muralismo y desde el punto de vista artístico para la época, innovaron y revolucionaron ese ámbito al integrar el lenguaje del cine y de la fotografía al de la pintura.

En ese momento, Siqueiros ya era célebre por representar las luchas sociales y los símbolos revolucionarios mejicanos de 1910. Más que un mural, realizó una intervención en el sótano de la quinta, con la técnica del fresco y lo hizo de tal modo que desde cualquier punto de vista, desde donde se observe la obra, se descubre algo diferente. Pintó de manera envolvente la danza de estas mujeres que parecen flotar y que remiten a una sola mujer: Blanca Luz Brum, por quien vino a la Argentina.

Cuando explicaba Ejercicio Plástico, Siqueiros sostenía que lograba la “actividad en la pintura por el uso de formas curvadas, activas ya por si mismas en relación con el proceso del espectador”. Esto se observa en las figuras del mural, en donde el pintor logró un efecto de movimiento; las mujeres y los peces del mar parecen estar nadando. A través de diferentes técnicas, generó en esta obra un proceso de interacción entre los personajes y los espectadores. El visitante se encuentra dentro de la escena participando de una manera dinámica. Así su Ejercicio constituye un paradigma del muralismo por su concepción plástica, por su técnica innovadora, y porque es un testimonio de la integración latinoamericana. Al reunir a Berni, Castagnino y Spilimbergo (que luego formarán el Equipo Poligráfico que pintó, entre otros edificios, las Galerías Pacífico) Siqueiros logró que esta obra sea considerada el inicio del muralismo en Argentina.

Pero la suerte le fue esquiva a la obra. En 1941, luego de la muerte de Botana, su quinta fue vendida y el mural llegó a manos de Álvaro Alzogaray quien consideró que la pintura era obscena y clausuró el acceso a la misma. Cincuenta y dos años después fue rescatado por un equipo de profesionales y artistas plásticos, quienes sustituyeron los muros por una estructura de metal que permitiera recrear la forma original del sótano.

En medio de litigios judiciales por su propiedad, el mural fue desarmado y los bloques fueron guardados en contenedores durante casi 16 años. Finalmente, en 2003 el ex presidente Kirchner lo declaró “Bien de interés artístico” y luego, en el 2009, el Congreso de la Nación decretó la ley de expropiación, convirtiéndolo en patrimonio público de todos los argentinos. Ese año comenzó la restauración a cargo de 40 profesionales de Argentina y México para lograr su inauguración en diciembre de 2010.

AGENDADEAFUERA: La entrada al Museo del Bicentenario es gratuita. Se puede visitar de martes a domingo de 10 a 18. La entrada es por Hipólito Yrigoyen y Paseo Colón, Ciudad de Buenos Aires.